Repaso de antecedentes

Para Dadá el arte era producto del azar. Los surrealistas creían que era el volcado del subconsciente, y los expresionistas, la expresión de sentimientos y emociones.

Duchamp, con sus ready mades, se empeñó en demostrarnos que no era otra cosa que el producto de la voluntad del artista. Tras su estela, Donald Judd aseguraba que arte es aquello que el artista identifica como arte,

Ulrichs y Beuys insistían en que el arte no era sólo lo que hacen los artistas, sino la vida, y J.Kosuth aseguraba que era una idea, más allá del objeto o producto, una reflexión sobre sí mismo, una tautología.

Hasta que Ad.Reinhardt golpeó el tablero con su apotegma Art as art. El arte es el arte y todo lo demás es todo lo demás.

Versus

Después de las mitologías individuales y la aporía conceptual, la emergencia de los Stuckists no podía ser sino la esperada respuesta de los artistas.

Tras la ruptura con las convenciones y los apriorismos, Billy Childish y Charles Thomson refutan el egocentrismo y el mercantilismo del arte. Al mismo tiempo, reivindican la experiencia artística como un acto holístico en el que confluyen la consciencia y el subconsciente, el pensamiento y la emoción, lo material y lo espiritual, lo público y lo privado.

La falacia de Petición de principio que enunció Reinhardt no clarificó el debate sobre la naturaleza del arte. Tan solo dejó en evidencia la incapacidad reflexiva para defender su utópica propuesta.

Sus cuadros negros reivindicaban a Malèvich y su deseo de liberar a la pintura de todo lo que le era anecdótico, pero su Decálogo nihilista para una nueva Academia encerraba el arte en un reduccionismo al negro.

La nada pasaba a ser algo oscuro con forma y tiempo.

Cuadro negro 2002

Los artistas opinan

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